Boa de Haití (Epicrates striatus). Después de la boa de Cuba, es la serpiente más grande nativa de las
islas del Caribe, ya que los ejemplares adultos pueden llegar a los 2,3
metros de longitud. El color de fondo es gris claro o rojizo, con
numerosas y pequeñas manchas negras a lo largo de los flancos y una
serie de marcas rectangulares oscuras ribeteadas de negro a lo largo del
dorso, que le confieren un aspecto estriado. Tiene una cabeza grande de
forma triangular y bien diferenciada del cuerpo. Los ojos son pequeños y
de pupila elíptica.
Su distribución comprende las islas de La Española, las Bahamas y
algunas otras islas pequeñas cercanas, y se han descrito hasta 8
subespecies diferentes.
Ocupa una gran variedad de hábitats, tanto húmedos como un poco más
secos, desde el nivel del mar hasta los 1.200 m de altitud, pero siempre
que haya una cierta cubierta vegetal. Es habitual en plantaciones de
pinos, masas arbóreas más o menos abiertas y manglares.
Nocturna y muy arborícola, durante las horas de luz permanece en
reposo en el interior de troncos curvados y vacíos, cepas secas, grietas
de rocas, nidos de aves o sobre ramas horizontales de árboles, a veces a
una altura considerable.
Las serpientes jóvenes comen lagartos (los anolis son especialmente
apreciados), mientras que los adultos se alimentan preferentemente de
aves y de pequeños mamíferos. Se les ha visto cazar aves de corral y
gatos domésticos en zonas habitadas.
De reproducción ovovivípara, puede parir hasta 50 crías vivas por
camada, aunque generalmente el número es bastante más bajo, entre 10 y
30 crías, después de un período de gestación de 192-224 días.
Muchas de las subespecies se encuentran en una situación precaria debido
a la limitación de su hábitat, que además se encuentra sometido a
numerosas presiones negativas, como la introducción de animales
foráneos, el aumento de los asentamientos humanos y de la población de
los mismos, el desarrollo turístico descontrolado, etc.
No es muy habitual en cautividad, aunque se adapta bien y se deja
manipular con facilidad. Cuando se asusta, no obstante, expulsa un
líquido pestilente por las glándulas anales. Se ha conseguido su
reproducción en repetidas ocasiones.
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