
El dorso del cuerpo, cabeza y alas es azul-turquesa con destellos verdoso-metálicos. El vientre y un par de zonas bajo los ojos son de color naranja, mientras que las zonas de la garganta, orejas y orificios nasales son blancas. A pesar de éstas generalidades, es complicado dar un patrón exacto del color de su plumaje, ya que éste varía según la incidencia de la luz. En cualquier caso, es un ave inconfundible.
El pico es largo, constituyendo una parte nada despreciable de la longitud total del cuerpo (15,5-19 cm), de color negro con transición a naranja en la zona más cercana a la cabeza de la mandíbula inferior. La envergadura alar ronda los 7,5 cm y el peso medio los 35 gramos. Las patas son muy cortas, y al igual que los pies son de color rojo vivo. El dimorfismo sexual en esta especie es poco acusado: en las hembras, la zona de color anaranjado de la mandíbula inferior es más amplia.
La especie más pequeña del grupo es el martín pigmeo del Congo (Ispidina lecontei), que pesa una media de 10,4 g y mide 10 cm. El más grande en términos generales es el martín gigante africano (Megaceryle maxima), con un peso medio de 355 g y 45 cm de longitud. Aunque su pariente australiano el cucaburra común (Dacelo novaeguineae) sería la especie más pesada ya que los ejemplares grandes que sobrepasan los 450 g no son raros.
El plumaje de la mayoría de los alcedinos es colores vivos y brillantes, con el verde y el azul como tonos más comunes. La intensidad de sus colores no se debe a la iridiscencia (excepto en los martines pescadores americanos) ni a los pigmentos, sino que se crea por la estructura de sus plumas, que produce la dispersión de la luz azul (efecto Tyndall). En la mayoría de las especies no hay diferencia de tamaño entre ambos sexos, y cuando las hay son bastante pequeñas (menos del 10%).

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