El águila harpía es el ave nacional de Panamá y la especie símbolo de la diversidad biológica de Ecuador. Es la rapaz más poderosa; las dimensiones promedio de la hembra del águila harpía son 100 cm de largo, 200 cm de envergadura y un peso de 9 kg. El macho tiene dimensiones más pequeñas: hasta 196 cm de envergadura y un peso aproximado de 8 kg. Es la segunda águila más grande del mundo, siendo superada en envergadura (distancia entre los extremos de las alas) solamente por el águila de Filipinas (Pithecophaga jefferyi), aunque generalmente la harpía es más robusta. Los adultos de ambos géneros tienen plumaje de similar color, que consiste de tres tonalidades básicas: gris en la cabeza; gris muy oscuro, casi negro en algunos ejemplares, en la doble cresta en la cabeza, el cuello, parte superior del cuerpo y de las alas; y gris muy claro, casi blanco, en la parte inferior del cuerpo y de las alas. En las patas tiene unas líneas oscuras.
La edad reproductiva del águila harpía comienza a los 4 o 5 años. Construyen sus nidos con ramas y palos entrecruzados en las copas de árboles altos (a 20 a 40 m del suelo, aproximadamente). En estos nidos las hembras depositan 1 o 2 huevos, y tiene una camada cada 2 o 3 años. Los huevos eclosionarán a los 56 días. La cría es alimentada diariamente, pero el suministro de alimentos puede suspenderse por una semana, para luego ser reiniciado. Las crías necesitan más de 4 años para completar el plumaje de adulto.
Es una especie superpredadora. Sus presas favoritas son los mamíferos arborícolas como varias especies de monos, perezosos, coatíes, etc. También se alimenta de otras aves, reptiles como iguanas verdes, serpientes, etc. Pese a su porte tiene la habilidad de penetrar las frondas y espesos follajes para cazar a sus presas, siendo uno de los animales proporcionalmente más fuertes del mundo (levanta y lleva en vuelo tres veces su propio peso. Prefieren las densas selvas vírgenes, por lo que la pérdida de su hábitat la pone en peligro de extinción. Su morfología está altamente adaptada al hábitat en el que caza. en efecto, sus alas, proporcionalmente respecto a su tronco, no son tan largas

aunque sí anchas; la cresta y corona de plumas, además de señal fanérica, tiene la función de redirigir los sonidos hacia sus oídos, que sumados a unos ojos de aguda vista preparados para la penumbra le permiten percibir rápidamente los menores movimientos de sus presas entre las espesas frondas. Ocupa el dosel superior de los bosques, y acostumbra estar cerca de los «barreros» (sitios con sal aflorante), donde se encuentran varias especies de animales, sobre todo mamíferos, que constituyen parte de su dieta. También se alimenta de crías de venado, pecaríes, armadillos, y otros.
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