
Muchos zoólogos no creen en la espontaneidad de estas poblaciones, sino que opinan que fueron implantadas por los romanos.
Se le reconoce por sus largas púas blancas y negras, que le recubre enteramente el dorso, los flancos y la cola. Cuando está en peligro, eriza las púas y las sacude haciendo sonar su cola al mismo tiempo. Las púas no se hallan sólidamente implantadas en la piel, por lo que en caso de agresión, el depredador las desprendera causándose mayores heridas y una distraccion a favor del puercoespín.
Mide unos 60 cm de largo por 25 cm de alto y puede llegar a pesar unos 15 kg. De cabeza grande y robusta, tronco corto y patas provistas de fuertes garras. El dorso y las partes laterales del cuerpo están provistos de largas púas blancas y negras, puntiagudas y fuertes, que pueden llegar hasta 35 cm de largo y le recubren enteramente el dorso, los flancos y la cola.
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