Durante el día, estos tiburones pasan mucho tiempo descansando dentro de cuevas. A diferencia de otros tiburones réquiem, que deben nadar constantemente para respirar, este tiburón puede bombear agua sobre sus branquias y permanecer inmóvil en el fondo. Por la noche, emergen para cazar peces, crustáceos y pulpos; cazan en grupo y sus cuerpos alargados les permiten abrirse camino entre las grietas y orificios para extraer las presas allí ocultas. Los tiburones punta blanca pueden permanecer en un área particular del arrecife durante meses o años, volviendo de continuo al mismo refugio. Esta especie es vivípara y los embriones en desarrollo se sustentan por una conexión placentar a su madre.
Los tiburones de arrecife de punta blanca son relativamente pequeños y pocos entre ellos miden más de 1,6 m (5,2 pies). Se considera que la longitud máxima que llegan a alcanzar es de unos 2,1 m (6,9 pies), aunque esta cifra se basa en observaciones visuales y puede ser inexacta. El peso máximo registrado es de 18,3 kg (40 libras). El tiburón de arrecife tiene un cuerpo delgado y una cabeza corta y ancha. El hocico es aplanado y prominente, con largos apéndices delante de los orificios nasales enrollados en forma de tubo. Los ojos son pequeños y ovalados, con pupilas verticales; están situados bajo crestas prominentes, y suelen tener una pequeña muesca detrás.
La boca tiene un
pronunciado sesgo hacia abajo (confiriendo una expresión de descontento
al tiburón) con surcos labiales cortos en las esquinas. La mandíbula
superior cuenta con 42-50 hileras de dientes, y la inferior, 42-48.
Los dientes tienen una cúspide en el centro, angosta y de bordes lisos, flanqueada por un par de cúspides de tamaño mucho menor.


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