Son similares a los litobiomorfos, también conocidos como ciempiés, de los cuales se diferencian por poseer de 21 a 23 pares de patas. Como en el resto de los quilópodos, en el primer segmento del tronco tiene un par de colmillos venenosos, denominados forcípulas, que son el primer par de patas modificadas en dos grandes uñas asociadas a una glándula venenosa y que usan tanto para defenderse como para capturar y paralizar a las presas,actuando como piezas bucales adicionales.Los escolopendromorfos, como el resto de quilópodos, son depredadores que cazan pequeños animales, en general otros artrópodos. Las presas son capturadas por el último par de patas, provisto de fuertes espinas y uñas. A continuación, girando el cuerpo, le clavan las forcípulas, que inyectan veneno que las paraliza o las mata. El veneno contiene histamina, acetilcolina, proteínas (que actúan como toxinas) y varias enzimas.En la península Ibérica, la especie más grande y peligrosa es la escolopendra (Scolopendra cingulata), pero, a pesar de que su mordedura es muy dolorosa, a menudo se han exagerado los efectos de su picadura y en ningún caso es mortal.Los escolopendromorfos se subdividen en las siguientes familias y subfamilias.
Lo más sorprendente es que la Escolopendra, es capaz de cazar animales más grandes que ella y también animales venenosos.
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